En 1920 Tolkien comenzó a escribir cartas a sus hijos haciéndose pasar por Papa Noel, lo que comenzaron como breves misivas se fueron convirtiendo año tras año en cartas cada vez más largas donde los ojos de los niños pudieron ver crecer el mundo del Polo Norte. Cada año se van sumando más personajes, entre los más entrañables esta Oso Polar, el ayudante de Papa Noel que le causa más quebraderos de cabeza que otra cosa y que tiene la costumbre de emborronar sus cartas con comentarios al margen difíciles de leer debido a sus patas gordas.
No siempre es fácil para el hombrecillo de rojo más famoso del mundo cumplir con las peticiones de los niños sobre todo cuando hay que hacer frente a luchas con los trasgos que no paran de querer conquistar el Polo Norte.
Ante la mirada del lector los hijos de Tolkien van creciendo, vemos como dejan de lado la tradición de colgar el calcetín para que Papa Noel les deje sus regalos, pero no es una despedida, sólo es un hasta luego pues su viejo amigo promete volver cuando creen su propia familia.
Las cartas llegan hasta 1943, último año en que Priscilla Tolkien colgó su calcetín. Las últimas cartas son un poco más tristes. Leía a Mónica la semana pasada que Tolkien no vivía ajeno a la realidad de la Guerra, vivió la Primera en las trincheras y le sacudió también la Segunda, y eso se nota. Hay un esfuerzo constante en las últimas misivas por hacer ver a sus hijos la suerte y lo afortunados que son en comparación con otros niños que están viviendo una pesadilla.
Cartas de Papa Noel es un libro de lo más tierno, ideal para regalar y para leer en esta época. Te embarga un calorcito cuando lo lees que te hace sonreír mientras pasas sus páginas llenas de los dibujos que incluía en las cartas, avanzas a través de las mil aventuras del Polo Norte y te preguntas cómo pudo hacer para que en Correos aceptarán esos sellos tan maravillosos con los que franqueaba las cartas. Todo un genio Tolkien.
Feliz Navidad a todos, se que serán unas navidades diferentes, pero eso no tiene porque significar obligatoriamente que sean peores.
Besos
Carla
Feliz Navidad, Carla. Me sumo a tu deseo de que las Navidades de los años próximos sean mejores que las de este.
ResponderEliminarMuchos besos
No he escrito mi carta a Papá Noel, pero has elegido una lectura muy apropiada para las fechas.
ResponderEliminarUn beso.
Lo he leído recientemente. Me gustó mucho. Para mí este libro tiene un valor sentimental que está por encima de su contenido. Sin duda, es un imprescindible. Besos
ResponderEliminarTengo este libro en casa desde hace un montón de años y la edición es estupenda y a color, pero es cierto que han ido sacando ediciones preciosas, perfectas para regalar. Es cierto lo que dices, que es un libro estupendo para felicitar las fiestas en el blog, es tierno, divertido y conmovedor, y nos ofreció una imagen de Tolkien muy distinta a la que teníamos: el padre pendiente de sus hijos. Me encantan las cartas de los elfos con frío XD Besos.
ResponderEliminarEste es uno de esos libros que tengo pendientes desde hace mil...
ResponderEliminarLa edición es una monería.
Besotes