RESPIRAR POR LA HERIDA, VÍCTOR DEL ARBOL

Alrevés

Respirar por la herida

Editorial Alrevés

528 Páginas 

MI OPINIÓN

Me estrené con la prosa de Víctor del Árbol con La tristeza del samurai. Una novela dura que me mantuvo expectante durante su lectura y que cubrió con creces  mis expectativas. Supe desde ese momento que Víctor iba a ser un autor al que seguir la pista.

Por eso cuando Laky volvió a proponernos una lectura simultánea de su libro Respirar por la herida no me lo pensé ni dos veces y me apunté. Hoy os traigo mis impresiones, que, ya adelanto, vuelven a ser muy positivas.

Eduardo es un pintor de cierto éxito que un día pierde en un accidente de tráfico a su mujer e hija. Él sobrevive, con secuelas físicas, pero también y quizá más importantes, graves secuelas emocionales. Ve como su vida cambia de un momento a otro y entra en una espiral de autodestrucción que le llevará a darse a la bebida convirtiéndose en un cascarón vacío por dentro.

En la actualidad, perdido en todas las facetas de su vida, se dedica a pintar retratos y pequeños encargos que le hace su marchante de arte. Es a través de uno de estos pedidos como conoce a Gloria. Famosa violinista que comparte con Eduardo la pérdida inesperada de su hijo en otro accidente. Nuestro protagonista recibirá de la misma, el trabajo más extraño que ha aceptado nunca. Gloria quiere el retrato del hombre que mató a su hijo.

Respirar por la herida es una historia triste. Ese es el adjetivo que primero me viene a la mente cuando recuerdo su lectura. Y es que esa es la sensación que se te posa dentro cuando te encuentras entre sus páginas.

Víctor vuelve a construir un paisaje emocional desolador, lleno de personajes que dan la sensación de estar a la deriva. De dejarse caer hacia pozos cada vez más hondos y negros. Incluso alguno de ellos parecen hacerlo con ganas, con impulso.

"Todo el mundo espera algo, hasta que deja de hacerlo"

En Respirar por la herida se nos presenta también la historia de esas personas para las que la vida ha sido todo menos justa. Personas que han recibido graves reveses y que a pesar de ello se agarran a la vida con uñas y dientes. Sin embargo no lo hacen de la manera en la que nos tienen acostumbradas otras novelas. Aquí las motivaciones son diferentes, oscuras, nacidas de un dolor prolongado, son sentimientos como la venganza, el odio, la desidia o el autoflagelamiento los que darán pilas a unos personajes para los que no existe la esperanza, pues la vida se ha encargado de marcarles para siempre, hiriéndoles en lo más profundo y rompiéndoles en pedazos difíciles de recomponer.

Quizá en esta novela he sentido más que en La tristeza del samurái que existían demasiadas casualidades uniendo las historias, sin embargo, si haces el ejercicio de dejarte llevar no afectan al conjunto.

Víctor nos vuelve a sorprender con una prosa dura, cruda, sin florituras pero magníficamente bien escrita. Nos vuelven a escocer sus palabras provocando sentimientos difíciles que nos removerán a lo largo de sus páginas hasta llevarnos a un final coherente con todo lo leído anteriormente.

En definitiva, una novela a la altura de su predecesora. Difícil.  Descarnada. Impactante. Brillantemente ejecutada. Tengo que leer ya Un millón de gotas.

"El paisaje no miente pero la mirada lo disfraza, de modo que cada vez el mismo lugar es distinto, como si lo que vemos fuera un reflejo de nuestro estado de ánimo"