Tomates verdes fritos de Fannie Flagg
Círculo de lectores
411 páginas
MI OPINIÓN
Recuerdo haber visto esta película varias veces hace mil con mi madre. Le guardo un recuerdo tierno, por eso cuando supe que estaba basada en un libro, me quise hacer con él. Un día en una tienda de libros de segunda mano me saltó a las mías, y me lo llevé encantada. Ahora que no me dejo llevar tanto por la tiranía de las novedades era el mejor momento para leerlo. Y ha sido un cinco estrellas absoluto.
Cuando Evelyn acude a la Residencia Rose Terrace junto a Ed, su marido, para visitar a la tiquismiquis de su suegra, no podía imaginar que iba a conocer a una de sus mejores amigas. Mrs. Threadgoode, una viejita que no parará de hablar hasta que a través de la historia de Whistle Stop y sus habitantes espante los miedos de Evelyn que se ha convertido en una mujer pesimista, deprimida, y asustada por todo, que se ha entregado a la comida como un modo de no hacer frente a su insatisfacción personal.
La voz de Mrs. Threadgoode, Ninny para los amigos, es bálsamo para Evelyn, y lo fue para mí, pues me acompañó en un fin de semana tristón en los que la meteorología no acompaña y que parecen insuficientes para acabar con el cansancio acumulado en la semana. A través de su narración, nada lineal por otro lado, porque hay que ver lo que le gusta divagar a esta mujer, y lo gracioso que resulta, conoceremos la historia de la familia Threadgoode, los padres, los hijos y las parejas de éstos. Concretamente, la historia de la incombustible Idgie y su pareja Ruth, pero, junto a ellas, despliega una serie de personajes que dotan de una existencia palpable al pueblo Whistle Stop, un pueblo perdido en el profundo sur norteamericano y que durante años sobrevivió gracias a los trenes que pasaban por allí.
Tomates verdes fritos me recuerda el placer de contar historias, y el de escucharlas, a través de la afable Nanny, nos trasladará a un pasado en el que con un tono intimista nos explicará las graves consecuencias de La Gran Depresión, la indescriptible ternura de los habitantes de Whistle Stop, el día a día en ocasiones bucólico de sus vecinos, el misterio del asesinato por el que acusarán a Idgie y la violencia ya explícita, ya soterrada que causaba el racismo latente en la sociedad de esos días.
Tomates verdes fritos brilla sobre todo por la personalidad de sus personajes, por hablar con naturalidad de tantos y tantos temas, por no esconderse y por plantearnos que en lo cotidiano también pueden rodearnos verdaderos héroes. No hay nada mejor que cerrar un libro con la sensación de querer que fuese real, que pudieses trasladarte a sus páginas, conocer a esos personajes y pasar una temporadita por sus calles, ver de cerca el amor tan real entre Idgie y Ruth, escuchar quejarse al grandullón de Grady, el vigilante ferroviario más bonachón de todo Birmingham, quizá pasarme por la peluquería de Opal, o dejarle una notita a Dot, para que la añadiese en su semanario que tantas carcajadas me ha provocado. Pero sobre todo me sentaría en el Café de Whistle Stop para que la vieja Sipsey, la madre de Big George, me preparase unos tomates verdes fritos. Cierro la novela de Fannie Flagg agradecida por haberme hecho feliz durante su lectura.
Besos
A mí me dejó un poco fría el libro pero luego vi la película que me gustó más, cosa rara porque siempre me decanto por el libro entre las dos versiones.
ResponderEliminarUn beso
No te lo creerás, pero ni siquiera he visto la película. Besos
ResponderEliminarLo mio es pecado pero...ni libro ni peli aunque el libro creo que lo tengo por parte de madre.
ResponderEliminarUn beso!
La peli la vi hace años y me gustó mucho. Pero no me había planteado leer el libro. Ahora me dejas con curiosidad.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues yo tampoco he visto la peli, ni leído el libro. De momento no me tienta.
ResponderEliminarUn beso ;)
Vi la peli hace no mucho pero el libro lo leí hace una eternidad, lo compré en una colección de quiosco.
ResponderEliminarMe gustó mucho la historia y hace poco probé los tomates verdes fritos y me resonaba en la cabeza la espléndida banda sonora de la película
Besos
Yo también he visto la película, varias veces, por eso no creo que lo lea... me conozco ya demasiado bien la historia.
ResponderEliminarUn beso
Solo he visto la película y me encantó, pero con el libro no creo que me anime.
ResponderEliminarBesos.
Siempre quise leerlo pero vi la película y ya me da perza.
ResponderEliminarYo vi la peli y ahí me quedé. Pero veo que las sensaciones que provoca la lectura bien merecen que nos acerquemos al libro. Ya veré. Besos
ResponderEliminarMe encantó la película, pero me cuesta mucho leer un libro cuando he visto antes la peli. Y lo siento, porque creo que me pierdo una buena lectura. Abrazos.
ResponderEliminarQué bonira reseña, Carla. Es un eterno pendiente. Estando descatalogado me hice con un ejemplar de segumnda mano, y luego lo compré cuando volvió a salir, y nada, todavía no me he puesto. Un besote.
ResponderEliminarUno de mis eternos pendientes!
ResponderEliminarBesotes