BROOKLYN FOLLIES PAUL AUSTER

Brooklyn Follies de Paul Auster

Editorial Anagrama 

320 páginas

MI OPINIÓN

Hace tiempo que quería leer algo de Paul Auster uno de los escritores con más éxito de nuestros días. Por eso, y porque quería acertar, le pedí consejo a Manuela de Entre mis libros y yo, quien me recomendó Brooklyn Follies.

Nathan Glass es un vendedor de seguros jubilado que pese a haber superado un cáncer de pulmón esta convencido que tarde o temprano le acabará matando. Por eso, decide apartarse para morir en Brooklyn ciudad en la que nació.

Allí comenzará a escribir El libro del desvarío humano donde irá recopilando distintas situaciones embarazosas y meteduras de pata dignas de ser recordadas después de su muerte. 

Será en estas circunstancias cuando nos vaya relatando parte de su vida y así descubriremos a un Nathan algo gruñón con un matrimonio fallido a sus espaldas y una hija con la que nunca ha tenido una relación extraordinaria.

Se reencontrará casualmente con Tom, su sobrino, al que encontrará lejos de lo que el esperaba. Taciturno, desanimado, parece que se deja empujar por la vida después de haber perdido toda la ilusión.

Uno de los puntos fuertes de la novela son, precisamente, sus personajes. Nathan, verdadero protagonista, que pese a reconocer que es un auténtico fracasado en la vida, lo cierto es que es imposible no cogerle cariño, pues será el, el motor de la historia, no solo de la propia, si no de la de todos los demás. Destacando por tratar de solucionar, encauzar y hacer más fácil la vida de los demás.

Junto a él, Tom, queda algo desdibujado, a pesar de que el propio Nathan trata de convencernos de que es Tom y no él el protagonista de su crónica. Tom está empleado en la librería de Harry, un personaje carismático que ha sido toda una revelación, encierra más de una sorpresa, y quizá haya sido, salvando a Nathan, el que más me haya llegado.

En cuanto a la prosa del autor, es envolvente, nos conduce con mucha precisión a lo largo de las distintas historias como aquel que no esta contando nada y en el fondo te lo esta contando todo. Se mueve entre los distintos relatos con gran maestría, uniéndolo todo sin fisuras, como si hubieras quedado con el protagonista a tomar un café y te estuviese poniendo al día.

En definitiva, mi estreno con el autor no ha podido ser mejor, lo recomiendo totalmente. Una historia sencilla pero extraordinaria de segundas oportunidades. Una lección de vida.

"Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn, de manera que al día siguiente salí de Westchester y fui para allá a reconocer el terreno. No había vuelto en cincuenta y seis años, y no me acordaba de nada. Mis padres se habían ido de la ciudad cuando yo tenía tres años, pero el instinto me llevó al barrio donde habíamos vivido, arrastrándome como un perro herido al lugar donde nací. Un empleado de una agencia inmobiliaria de la zona me enseñó media docena de pisos en edificios de piedra rojiza, y a última hora de la tarde había alquilado un apartamento de dos habitaciones con jardín en la calle Uno, sólo a media manzana de Prospect Park. No tenía idea de quienes eran mis vecinos, y no me importaba. Todos trabajaban de nueve a cinco, ninguno tenía hijos, así que en el edificio siempre habría un relativo silencio. Más que nada, eso era lo que buscaba. Un fin silencioso para mi triste y ridícula vida."

Besos

 Pd. Y  ahora Manuela, ¿Qué?