Iqbal Masig de Miguel Griot
Editorial Oxford
272 páginas
MI OPINIÓN
"De vez en cuando me pedía que sacara el atlas de la estantería y le enseñara las fotos. Me decía que le encantaría viajar - y a quién no-. También decía que, más que un lujo, debería ser una obligación. Añadía que, si todas las personas viajasen por todo el mundo, entenderían mejor a sus vecinos y a ellos mismos, y que copiarían lo mejor que encontrasen y lo cambiarían por lo peor que tenían"
Reconozco que no conocía la figura de este gran pequeño llamado Iqbal Masih, y me avergüenza admitirlo puesto que la labor que realizó en vida es de suma importancia, y no hay que olvidarla.
Igbal Masih fue un niño pakistaní esclavo que debido a la gran pobreza de su familia, ésta decidió entregarlo desde muy pequeño a un fabricante de alfombras a cambio de un préstamo para poder pagar la boda de su hijo mayor. Para saldarla, Iqbal tenía que trabajar tejiendo esas alfombras en jornadas de más de doce horas siendo azotado si no cumplía bien su trabajo. Esto que nos puede parecer aberrante, es un sistema de préstamo muy extendido en algunos países con una alta tasa de esclavitud infantil denominado "paishgee".
Es en esta fábrica de alfombras donde Iqbal empieza a soñar con una vida distinta en la que pueda ser un niño de verdad tratando de buscar ayuda entre los mayores que lo rodean que sin embargo no se la ofrecen. Sólo, pero seguro de estar en posesión de la verdad, conocerá a los voluntarios del Frente de Liberación del trabajo forzado, gracias a los que podrá romper sus cadenas, y desde ese momento volver a ser un niño, que sin embargo, no dejó en su corta vida de ser consciente de la oportunidad que se le abría para poder ayudar a otros como él.
Es así como nace la leyenda, un niño pequeño, con un cuerpo de anciano debido a sus años de trabajo forzado, se convierte en un adalid de la lucha contra la esclavitud infantil, llegando a tener repercusión internacional. De hecho en la actualidad el día contra la esclavitud infantil se celebra en el aniversario de su asesinato.
Iqbal Masih, lágrimas, sorpresas y coraje, es la historia de Iqbal contada a través de todas las personas que le conocieron o tuvieron algún tipo de contacto con él. Y cuando digo todas, es todas, pues el libro tiene la grandeza de ver la figura de este niño desde todas las perspectivas posibles, incluso las de sus dueños, o la de su asesino.
Además es un libro incómodo, puesto que te pone cara a cara con nuestra propia hipocresía. Muy impactante es la escena en la que Iqbal da una charla en un centro comercial en la que va señalando aquellos productos que en el primer mundo compramos tan alegremente y que están hechos por manos de niños esclavos. Y es que al final, la esclavitud no deja de ser un problema en el que todos nos hallamos implicados, de una manera u otra.
"Se sincero y confiesa, por muy rico que sea tu país, seguro que hay algún pobre en tu barrio. Seguro que ves uno todos los días, al menos uno a la semana. ¿Te sientes culpable entonces de su destino? Y si así es, ¿qué haces para remediarlo? Iqbal Masih no es mas que un producto que habéis creado en Occidente para limpiar vuestra conciencia. He oído que una universidad le ha ofrecido una beca para que estudie gratis en ella. Este es un claro ejemplo de lo que digo. A esa universidad sólo le interesa que se le asocie con el nombre de Iqbal y las buenas causas. Si así fuera, construiría y casi por el mismo dinero, si no una universidad, una escuela en uno de los miles de pueblos humildes de Pakistán."
Pasajes como este te golpean con la verdad.
El estilo del libro es muy sencillo, aunque consigue su efecto y además algo que me ha gustado es que aunque se trata de una historia dramática, no busca la lágrima fácil, recurso en el que podría haber caído fácilmente y no lo hace.
En definitiva, un libro que remueve por dentro, muy recomendable, de hecho creo que es de los que hay que leer.
Besos
El caso es que parece una lectura muy interesante,pero sufriría con ella y no es el momento.Que foto tan buena!
ResponderEliminarUn beso
Me gustó mucho este libro, tampoco conocía esta figura, pero sobre todo me gustó la forma de narrarla...
ResponderEliminarBesos
Me gustó leerlo. Es duro pero a la vez esperanzador.
ResponderEliminarLo leí hace unas semanas y me gustó mucho, tampoco conocía la historia de Iqbal y es difícil de olvidar
ResponderEliminarBesos
Pues lo estoy esperando así que a ver si correos tiene a bien hacérmelo llegar :)
ResponderEliminarBs.
A mi me gustó muchísimo la historia, como bien dices el hecho de estar abordada desde diferentes perspectivas lo hace aún más intersante.
ResponderEliminarBesos
Magnífica reseña, Carla. Como bien dices, un libro que remueve por dentro, y un gran acierto del autor de presentarlo como novela testimonio. Besos.
ResponderEliminarUff pues yo sigo, y creo que por mucho tiempo, sin animarme con él. No me atrajo desde el principio y conforme voy viendo reseñas, siempre buenísimas, menos todavía. Una cosa rara la verdad porque en principio es el tipo de lectura que me atrae pero...
ResponderEliminarBesos.
Lo tengo pendiente de lectura. Me apetece. Un beso ;)
ResponderEliminarUn libro sencillo que te hace pensar la verdad. Yo lo recomiendo mucho.
ResponderEliminarUn beso!
Lo tengo desde hace demasiado tiempo en mi estantería y tenía intención de leerlo pronto. Creo que aunque sea un "libro incómodo" me gustará. Besos.
ResponderEliminarTampoco conocía a Iqbal Masih hasta que empecé a ver este libro por la blogosfera. Lo leí hace poquito y coincido contigo. Una lectura necesaria, que remueve por dentro.
ResponderEliminarBeostes!!!
Gracias a las reseñas de este libro he conocido a este personaje del que ignoraba todo... Creo que es una lectura que no hay que eludir y por tanto, no la descarto, aunque ahora mismo no está entre mis prioridades. 1beso!
ResponderEliminarGracias por la recomendación, porque no conocía al personaje, y creo que libros como este son muy necesarios.
ResponderEliminarUn beso!!
Qué duro, lo tengo desde hace tiempo, pero no termino de encontrar el momento adecuado para leerlo.
ResponderEliminarUn beso!