Nuestra escritora aliada de noviembre es Rosario Raro. Este mes empezamos más tarde hablándoos de ella
porque ha sido un mes complicadillo para vuestras lideresas, pero estamos
seguras de que os va a encantar lo que tenemos preparado. Muchas gracias a
Rosario por haber aceptado ser nuestra escritora aliada de noviembre, y por
implicarse tanto.
En esta ocasión nadie adivinó quién era nuestra escritora
aliada, las pistas creemos que os despistaron más que ayudaros, y eso que no
era tan difícil. Queremos dar las gracias a Pedro de El búho entre libros por
ayudarnos con las pistas (es decir, los reproches por no haberlo adivinado, ya
sabéis a quién tienen que ir dirigidos, jajaja) y con las preguntas a Rosario
referentes a su novela.
Pista 1: Su apellido es poco común.
Pista 2: Le gustan los trenes.
Pista 3: En su última
novela, aparece una famosa cantante estadounidense.
Pista 4: A una de vuestras lideresas la ambientación de su
última novela le pilla relativamente cerca (Carla es de Zaragoza).
¿Queréis saber más de Rosario Raro? Abrochaos bien el
cinturón, y disfrutad del viaje a través de su vida:
Rosario Raro nació el 1 de marzo de 1971, en Segorbe,
Castellón.
Los dos libros que le hicieron comenzar a leer de una forma
continuada fueron: “Los escarabajos vuelan al atardecer” de María Gripe en el
que aparecía el naturalista sueco Linneo y “Crónica sentimental en rojo” de
Francisco González Ledesma, premio Planeta 1984. Tal vez este segundo no era
demasiado apropiado para su edad —entonces tenía solo trece años— pero fue
determinante. “No sentía que estaba
leyendo sobre unos sucesos concretos en Barcelona, me sentía allí y entonces”.
Al año siguiente leyó“Crónica del alba” del escritor aragonés Ramón J. Sénder. Le
sirvió para algo muy importante: “para
saber sin ninguna duda que quería dedicarme a escribir y además para darme
cuenta de que la amistad es una de las mejores cosas que podemos disfrutar en
esta vida”. Y esto segundo lo dice porque para que se lo pudiera leer, su
amiga Carmen Marín se lo llevaba los viernes por la tarde a Segorbe desde
Castellón de la Plana y cada quince días se lo volvía a llevar para renovar el
préstamo de la biblioteca.
Rosario se acercó a la literatura cuando era muy pequeña.
Antes de los diez años descubrió que la verdadera potencia de la escritura es
que puede ampliar el espacio y el tiempo. Como decía Josefina Aldecoa, “una
novela es un medio de transporte”. Ella cree que un relato también y que su
extensión no implica que el trayecto que nos propone sea menor, porque a veces
la impresión que nos queda tras su lectura nos dura siempre. Rosario escribe
desde siempre. “Para mí ha sido una tabla
de salvación y a la vez una fuente continua de buenas experiencias. Siempre
digo que los mejores premios literarios son las personas que he conocido a
través de esta profesión. Estoy convencida de ello”.
Los primeros libros que escribió y publicó fueron en
colaboración con un grupo de amigos, eran su particular forma de felicitar el
año nuevo a sus seres queridos, a la manera de lo que hacía —salvando las
abismales distancias— Max Aub con “El correo de Euclides”.
Rosario no tiene ninguna manía en especial para escribir,
solo necesita estar sola, una ventana enfrente y su ordenador conectado a
internet. “Para mí la escritura de un
texto como Volver a Canfranc es una especie de inmersión pero a bastante
profundidad, no puedo estar entrando y saliendo continuamente de ese lugar y
esa época porque me mareo”. Sus horas más productivas son entre las 6.00 y
las 10.00 de la mañana. Antes “de que el mundo arranque”. Esa es la sensación
que tiene. A partir de esa hora, ya lleva “una vida normal como la de cualquier
otra persona”. Lo que pasa es que no siempre puede tener ese horario: por
viajes, trabajo o pereza. “Entonces busco
cualquier otro momento para escribir. Y como no podía ser de otra forma, muchos
capítulos de esta novela los he escrito íntegramente a bordo de un tren”.
Más que en la inspiración, Rosario cree en la técnica y en
que en el único lugar donde el éxito llega antes que el trabajo es en el
diccionario. “Todos tenemos días mejores
y peores pero con buenos recursos, ganas y sobre todo ilusión es posible
compensar unos con otros”.
En sus novelas hay muchísimo de ella.“Yo creo que siempre hacemos autobiografía en el sentido de que
escribimos sobre aquello que nos interesa y esto tiene que ver con nosotros
mismos, nuestro entorno inmediato, etc. Después llega lo más divertido:
disfrazarnos para que no se nos reconozca”.
Cuando le preguntamos si cree que es necesario que el escritor
haya estado cerca de ciertas emociones para poder novelarlas nos responde que
sin duda. “Entre los escritores que
escriben sobre lo que han vivido y aquellos que lo hacen a partir de sus
lecturas me quedo con los primeros”. Y aunque resulte aparentemente
contradictorio, entre los autores de novela histórica abundan quienes son
capaces de transmitir hechos muy lejanos en el tiempo como si hubieran estado
allí, consiguen una especie de trasposición sentimental y de acción. Magia. “Pienso por ejemplo en José Luis Corral, Luz
Gabás o Santiago Posteguillo”.
Rosario escribe para el mayor número de lectores posible. “Aunque parezca un juego de palabras, creo
que a cuántas más personas interesa una historia, más interesante es o en más
interesante se convierte”. Apuesta por la democratización del arte, no le
gustan los elitismos en la cultura porque son el germen de la desigualdad “en
otros órdenes”, le interesa la literatura popular, el entretenimiento, cree que
en esto tiene mucho que ver ser doctora en Filología. “Algunos de los autores a los que más admiro tienen esta misma
formación, por definición los que nos dedicamos a esto tendríamos que ser capaces
de escribir textos muy elaborados, muy literarios, para una minoría inmensa, en
cambio, es muy significativo que en vez de eso, cumplamos con aquello de que el
primer mandamiento del autor tiene que ser no aburrir al lector y seamos tan
corteses que intentemos, al menos, cumplirlo”. Será porque libros del otro
cariz ya han escrito bastantes, algunos hasta una tesis doctoral de ochocientas
páginas sobre la forma de la escritura en internet.
Le pedimos a Rosario que nos
hable de la situación actual de la
industria editorial. Por su trabajo como profesora de escritura creativa,
está rodeada de personas que escriben. “Lo
que permite el tiempo en que vivimos es buscar una opción a medida de cada
persona y de cada libro y eso es muy positivo: desde la autoedición, que
siempre tiene que ser cuidadísima porque es la tarjeta de presentación de un
autor, como la escritura para grandes editoriales”. Ella excluiría a
quienes se califican como editores y en realidad son *heditores, así, con h,
porque persiguen cobrarles a los autores por imprimirles sus textos, bien de
forma directa o a través de la venta de los ejemplares de su libro en una
presentación a la que solo acuden amigos
y familiares del autor.
Rosario cree que en este ámbito se da mucho aquello de que es
el lobo demasiadas veces el que cuida a las gallinas, “y lo que observo es que por suerte, los que escribimos somos cada vez
menos incautos”. A esto ayuda que la formación del escritor no es en estos
momentos solo literaria sino que la mayoría cuentan con otras herramientas para
detectar estafas de este tipo, que además de la “sustracción económica” que
suponen, entrañan otros riesgos como páginas sembradas de faltas de ortografía
que las vuelven ilegibles, y libros que no llegan a ningún lado. Es decir,
estos tahúres, que barajan hojas en vez de naipes, con sus malas acciones
pueden hacer que una carrera literaria termine incluso antes de comenzar.
“Un consejo: se puede
hacer algo tan sencillo como ver la manera en que determinada empresa ha
publicado sus libros anteriores, si están bien maquetados, corregidos, cómo los
ha distribuido, etc. para evitar caer en la trampa. También en blogs, foros y
otros entornos de internet se puede conseguir mucha información sobre esta
cuestión. Lo mejor de esta época es que el autor está más acompañado que nunca”.
Rosario, antes de fichar por Planeta, estuvo en tres
editoriales, “todas merecen ese nombre
por su trabajo digno, cuidado, su dedicación y vocación a las letras y por su
trato exquisito a los autores”.En este aspecto —como en cualquier otro de
la vida— cree que hay que andarse con mucho ojo, pero si se toman ciertas
precauciones es posible que todo resulte bien.
La historia de “Volver a Canfranc” le surgió de la visión del
edificio de la estación internacional de Canfranc. “Cuando se tiene enfrente, esta construcción sobrecoge y habla. Solo hay
que escuchar lo que cuenta sobre su grandeza pasada y espero que pronto,
también futura, y tomar nota”.
Cuando le preguntamos si cree que la novela engancha tanto
porque es real, nos responde que “parece
que plantearnos hasta donde es capaz de llevarnos la imaginación de un autor
despierta mayor desconfianza, si los hechos son decididos por el tiempo, el mejor
escritor sin duda que existe, entonces parece que por este motivo, el de ser
reales, cobran carta de naturaleza, aunque es innegable también que a veces se
confunde la autenticidad con lo verosímil”.
Su personaje favorito de la novela, aquel que le llevó a
escribirla y a titularla así fue Laurent Juste, en su nombre hay un juego de
palabras porque es algo así como el sol de la justicia, alguien que siempre
antepone a los demás a sí mismo, un hombre de gustos sencillos, ejemplar,
coherente, que por su comportamiento obtiene una recompensa. Y Jana y
Durandarte. “Creo que la primera es una
muestra de cómo tuvieron que seguir adelante las mujeres de la posguerra, de
cualquier posguerra”. Entre los secundarios se queda con Montlum y con
Voltor. El segundo cree que pone de manifiesto lo pernicioso que son los
prejuicios y las conjeturas a simple vista.
Las guías que realizan el recorrido de la estación de
Canfranc y algunas personas de la oficina de turismo le han dicho que desde
este verano están llegando muchos visitantes que les dicen que están allí por su
novela. “A mí me gusta mucho que se haya
instaurado esta ruta literaria como sucede con otros lugares referidos en los
libros”. Cree que es una manera de vivir lo que se narra de una forma más
intensa, recorrer sus parajes, sus páginas, después de con los ojos, con los
pies.
* ¿Te ha cambiado la vida la publicación de Volver a
Canfranc?
- “Lo que me ha
sucedido a partir de este 7 de abril, que fue cuando salió a la venta esta novela, ha sido como una especie de
revelado fotográfico respecto a las personas que me rodean”. Ha sentido la
euforia multiplicada en todos aquellos que lo han vivido en primera persona.
Son muy difíciles de resumir tantas sensaciones, se queda con la relación con
sus editoras, Raquel y Puri, con los escritores de Planeta con quienes ha
coincidido en las ferias y presentaciones, en la gala de los premios, el
contacto continuo con los lectores, los autores de blogs… Y el hecho de que la
cuarta edición ya está en la calle.
Rosario nos cuenta anécdotas que le han pasado mientras
escribe, las llama señales, “datos que me
dan escalofríos, una especie de guiños de la realidad”. Sucede mientras
rastrea información que, de repente, hay hallazgos que le hacen pensar que no
es casual haber elegido ese tema y no otro. “Tienen mucho valor para mí porque me aportan seguridad, una especie de
certeza que me da mucha energía”.
Rosario tiene muchísimos referentes literarios. “En nuestra lengua, yo considero que es
imprescindible acercarse a Cervantes —y no lo digo como cliché—”. Y sigue
con su enumeración: Entre otros, Pessoa (le resulta una de las figuras más
fascinantes de la historia de la literatura). Caterina Albert, que escribía con
el seudónimo de Víctor Català. Max Aub, único, “un hombre que sobrevivió a tres guerras y escribió con delirio y con
acierto algunas de las mejores bromas literarias del siglo XX y páginas y
páginas muy valiosas”. Las mujeres a
las que casi nunca se nombra de la generación del 27 (Nelken, Saornil, Arderiu,
Catarineu, Mulder, Roca de Togores). Bradbury
y sus ideas sobre la escritura; Carmen Laforet, un prodigio. Francisco González
Ledesma de quien le fascinó “Crónica sentimental en rojo” y le hizo no dejar de
escribir desde entonces. Elena Poniatowska, admirable, “tal vez una de las más grandes intelectuales de América”. Albert
Sánchez Piñol, la atrapó —literalmente con “La piel fría” y “Pandora en El
Congo”—,“un antropólogo que bucea dentro
de los lectores”. Y muchos otros, aún no tan conocidos, de los que ha
tenido el privilegio de ser su primera lectora.
De octubre a junio Rosario se dedica a leer sobre todo lo que
escriben sus alumnos. “A veces asisto con
emoción al nacimiento de una obra y siento que es un privilegio leerla antes
que nadie, de forma paralela intento devorar unas cien páginas al día”.
Alterna sobre todo novela, poesía y ficción breve. No tiene ningún “eterno
pendiente”, hay algunos que nunca leerá y ya lo sabe.
Dice que la pregunta más difícil de toda la entrevista es
cuando le pedimos que nos recomiende un libro y una película “porque me gustaría recomendaros muchísimos y
muchísimas”. Nos recomienda: “Crónica sentimental en rojo” de González
Ledesma, “Crónica del alba” de Ramón J. Sender, “Últimas tardes con Teresa” de
Juan Marsé, “La Regenta”…
En cuanto al cine, varias de Pilar Miró, La ley del deseo de
Almodóvar, La ardilla roja de Medem, Amantes de Vicente Aranda, Ojos negros de
NikitaMikhalkov, Intacto de Juan Carlos Fresnadillo, Inconscientes de Joaquín
Oristrell…“Por suerte me gustan todos los
géneros y con los libros me sucede igual, me gustan aquellas novelas que no se
atienen a una sola fórmula sino que tienen elementos de varios”.
Su siguiente proyecto ya está en marcha: Su próxima novela.
Sucede unos diecisiete años después de “Volver a Canfranc”, a principios de los
sesenta y hay dos reapariciones estelares por aclamación popular, es decir, a
petición de los lectores. “Quiero que sea
un premio para todos los que me habéis apoyado tantísimo con Volver a Canfranc”.
Dentro de 10 años se ve en su casa, eso seguro, porque le
gusta muchísimo ese lugar. “Considero que
con una buena conexión a internet y los medios de transporte adecuados se puede
vivir en cualquier sitio”. En el plano no geográfico, le gustaría seguir
contando historias con las que algunas personas se estremezcan. “Esa es mi única ambición. De lo demás ya
tengo de todo”.
Me encanta esta mujer y ya sabéis que su novela es la repera. NO os la podéis perder :)
ResponderEliminarBs.
Ángela, ojalá nos esperen muchas más ferias y muchos más encuentros sin pantallas mediante. Mientras tanto somos alianza, que la unión siempre hace la (buena) fuerza.
EliminarGracias por tu apoyo incondicional desde el primer minuto.
Feliz semana.
Una estupenda presentación de la autora de la que no conocía más que su nombre y su última novela. Gracias por acercarla a nosotros.
ResponderEliminarBesos
Mª Ángeles, muchas gracias por bookear conmigo y con todas las aliadas. De momento, Twitter también nos acaba de acercar un poco más: https://twitter.com/rosarioraro
EliminarGracias por la pasión por los libros.
Bienvenida a la secta Rosario!
ResponderEliminarMuy buena entrada Carla! Yo no conocía este libro hasta que una tarde de domingo aburrida hice zapping y empecé a ver un documental sobre la estación y lo que allí ocurrió durante la guerra... poco después empecé a ver este libro por las redes y lo tengo anotado porque la verdad me apetece mucho desde que vi la reseña de Angela. A ver cuando puedo hacerme con él.
Un beso
Hola, Irunesa, te copio los enlaces de los trailers de dos documentales sobre Canfranc en esa época:
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=snNu9TdU6WM
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/reydecanfranc-promo/3231285/
Y otro que espero que sea para ti un talismán:
https://www.youtube.com/watch?v=1L2UibOZ1i4
Muchas gracias, Carla (Cárax por lo de guardiana de los libros olvidados, así estamos a salvo), y gracias también lideresas y lectoras. Estoy encantada en Somos Alianza.
ResponderEliminarComo diría la micropoetisa Ajo este texto ha sido un striptease -o estriptis según la RAE- cardiovascular. Creo que la sinceridad es un valor y vuestro trabajo con los libros un lujo para quienes los escribimos. Hasta muy pronto :)
La verdad es que no la conocía. Los escarabajos vuelan al atardecer me gustó muchísimo. Creo que así em aficioné al misterio jejej. Besos.
ResponderEliminarQué bien, pensaba que ese libro lo había soñado. Me alegra saber de alguien más que lo conoce. Muy muy recomendable: https://es.wikipedia.org/wiki/Los_escarabajos_vuelan_al_atardecer
EliminarMuy buena idea la de ofrecernos esta sección para conocer mejor a los autores que nos ofrecen gustosamente sus historias. Como tengo pendiente de lectura Volver a Canfranc, pues va tomando cada vez más cuerpo la idea de leerla en diciembre, ya bien sea por mi cuenta o dentro del evento que promocionáis. Lo confirmaré en su momento. Besos.
ResponderEliminarLas opiniones de los lectores son lo que completan la historia. Os aseguro que las tendré muy en cuenta, cuando celebremos el Club de Lectura para la próxima novela.
EliminarEstupendo perfil de Rosario.Me encanta saber cosas personales de los autores y cómo y con que se iniciaron en la pasión por la lectura.Tengo apuntado su libro desde la reseña en @delectoralector,pero por unas cosas o por otras aún no lo tengo. Este mes se me ha reactivado el interés por leerlo ya que es nuestra escritora aliada.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, María Inés, el mérito es sobre todo de quien ha reunido todos los datos y lo ha redactado así. Ya la conocéis. Este tipo de cuestiones sirven para reflexionar sobre por qué escribimos, cómo, etc. Y sí, he contado cosas personales y creo que incluso privadas.
EliminarMe ha gustado mucho conocerla más. Qué guay que este mes esté con nosotr@s.
ResponderEliminarMe apetece mucho leer Volver a Canfranc, aún no he tenido oportunidad.
BEsos.
Buscando - mi- equilibrio, si fueras a Canfranc te pasaría lo mismo que me pasó a mí. Tenía que contarlo. Te dejo un anticipo del lugar:
Eliminarhttp://www.premaat.es/cercha/RevistasCercha/Cercha126.pdf
Página 88
Gracias a Rosario por involucrarse tanto, de verdad que es un lujo.
ResponderEliminarEn breve anunciaremos más cositas relacionadas con ella :)
¡Un beso!
Un placer conocerla. Yo tampoco he leído Volver a Canfranc pero ahora me apetece un montón.
ResponderEliminarBesotes.
Tengo que reconocer que no la conocía, y no la relacionaba con el libro. Ahora ya sí pongo en mi objetivo el libro y encantada de conocerla !!
ResponderEliminarBesos
Lo mismo digo, Isla, muchas gracias.
EliminarRosario es encantadora y es de las que invitan a una charla calmada sobre su novela. Gracias por acercarnosla con esta entrevista. Besos.
ResponderEliminarTendré que invitarte a algo más que a una charla por este comentario :)
EliminarCuanto entusiasmo noto por aquí. Pues nada, doy la bienvenida a la autora aliada y tomo buena nota de su novela para disfrutar yo también de ella en cuanto tenga un huequillo. Abrazos.
ResponderEliminarOs ha quedado una entrevista de lo más chula. Ah! y gracias por la parte de los "reproches" que me toquen.
ResponderEliminarOs ha quedado una entrevista muy conseguida y amena. Y gracias por hacerme víctima propiciatoria de los "reproches"
ResponderEliminarSolo sabía de ella que era la autora de Volver a Canfranc, así que he disfrutado mucho con esta buenísima entrevista que habéis hecho. Y me ha caído muy bien. Se le ve muy sencilla y simpática. Me ha gustado. A ver cuándo puedo hacerle huequito a su libro.
ResponderEliminarBesotes!!!