Diez negritos de Agatha Christie
Editorial RBA
224 páginas
MI OPINIÓN
Lo confieso. Nunca había leído a Agatha Christie. Ala, ya lo he dicho. Tengo una razón. Estaba esperando a que Teresa y Pedro organizaran el mes de homenaje a la autora. Sí, llevaba esperándolo toda la vida.
La verdad es que la autora es de esas a las que lees y te preguntas ¿qué has estado haciendo con tu vida? Así que ahora que le he puesto remedio con Diez negritos, seguiré descubriéndola poco a poco. Se admiten sugerencias.
Una isla, diez desconocidos, un anfitrión que nadie sabe quien es, diez figuras de negritos encima de una mesa y un primer asesinato. Esos son los ingredientes con los que Agatha Christie construye una de las historias de misterio que más me han enganchado a sus páginas.
En un momento en el que el auge del género parece habernos hecho perder la inocencia y que nos creamos que nos las sabemos todas, volver a un clásico me daba un poco de reparo por si la historia me resultaba algo ingenua. Nada más lejos de la realidad.
Diez negritos es una novela de misterio que ha envejecido muy bien, de hecho el final me pareció sorprendente, no había sospechado nada y eso me hizo cerrarlo con una sonrisa dibujada en la cara. De placer, por el buen rato de lectura y también por haber sido yo la ingenua de la historia y haberme creído más lista que Agatha.
El estilo es cuidado, pero a pesar de ello no le resta ritmo a la historia que vuela entre nuestras manos. Especial atención merecen los personajes, pues si algo me ha llamado la atención es la facilidad con la que la autora en poco más de 200 páginas, nos los presenta y profundiza en los mismos, dotándoles de unas personalidades muy concretas y con sus propias complejidades. Si es cierto que al principio me costó ubicarlos pero lo achaco a la poca disposición mental que tenía para la lectura en ese momento.
En definitiva, una lectura de lo más agradable, que además de mantenerme entretenida, me sorprendió y muy gratamente. Me alegro de que Pedro y Teresa me dieran el empujoncillo que me faltaba para conocer a la reina del crimen.
Besos
"Confortablemente instalado en la esquina de un departamento de primera clase, el juez Wargrave, jubilado hacía poco, echaba bocanadas de humo de su cigarro, recorriendo además con mirada sagaz las noticias políticas del Times"