La cara norte del corazón de Dolores Redondo
Destino
688 páginas
MI OPINIÓN
La trilogía del Baztan me mantuvo pegada a sus páginas, esa combinación entre policial y mitología y esos escenarios verdes y llenos de misterio me llamaban poderosamente, por eso, me apetecía mucho volver a Amaia y a su historia.
La cara norte del corazón se sitúa años antes de la trilogía de Dolores. Conocemos a una joven Amaia que se encuentra haciendo un curso en el FBI, cuando despierta la atención del misterioso agente Dupree. Tras un ejercicio centrado en el análisis psicológico de un asesino en serie en el que Amaia dejará ver su talento como cazadora de almas de demonios, Dupree la acogerá temporalmente en su equipo mientras viajan a Nueva Orleans en mitad del devastador Katrina, para detener a un asesino en serie que mata a familias completas aprovechando la coyuntura que le ofrecen las desgracias meteorológicas como los huracanes.
Dolores utiliza muy bien la ambientación, nos anuncia el caos, la soledad y la anarquía que se viven en situaciones de emergencia como la del Katrina, la desolación de la gente y la falta de ley que muchos aprovechan en estas ocasiones para dar rienda suelta a sus deseos más oscuros, y eso empasta muy bien con la crudeza que tiene por fondo la novela, aunque las descripciones que se dan del Katrina y sus consecuencias terminaron por ralentizar la lectura, abrumandome con ciertos datos que desde mi punto de vista resultaron excesivos.
Tampoco me convenció el cambio de timón que se da a escasas doscientas páginas del final, cuando, en mitad de una investigación que aceleraba por momentos hacia su final, pasamos a centrarnos completamente en otra, dejando la primera de lado totalmente. Se que sirve al propósito de lo que seguramente será el próximo libro de Dolores, pero personalmente habría preferido que simplemente se esbozara. De todas formas tiene una pinta muy interesante el nuevo caso y desde luego me quedo con ganas de saber qué será de Dupree y si conseguirá cerrar su círculo.
Fuera de todo esto La cara norte del corazón es un libro disfrutable, al que quizá le sobren páginas, pero que cumple la función de divertir y de mantener la curiosidad por Amaia, esa policía un tanto soberbia, cargada de temores y que se hizo policía para vencerlos. Me ha gustado volver a leer sobre Engrasi y profundizar un poco más en la relación de Amaia con su padre, permitiéndonos entenderla un poco más.
Besos