Sarna con gusto de César Pérez Gellida
Editorial Suma de letras
512 páginas
MI OPINIÓN
Hace ya un año que
disfrutaba de Khimera, una novela de César Pérez Gellida que se salía del género con el que nos había conquistado y que afronté, no me importa decirlo, con un poco de miedo. Algo que se comprobó innecesario a la luz de todo lo que me gustó.
Ya por entonces, y gracias a mis infiltradas en Madrid, supe que volvía el inspector pelirrojo más conocido y querido. Había nueva trilogía con Sancho. Y he de decir que se me ha hecho larguísima la espera, aunque haya merecido la pena.
Sancho vuelve a la comisaría de Valladolid después de seis meses de suspensión laboral. Su vida tras los hechos ocurridos en "versos, canciones y trocitos de carne" no es la misma. No puede serlo. Conocido por todos y acosado por la prensa nacional debido a la manera en que se cerró el caso Ledesma, deberá volver a la rutina, a su casa, a sus compañeros y retomar una vida que ha cambiado para siempre.
No se encuentra con una gran bienvenida. Margarita, una joven de dieciséis años es secuestrada. Ella es hija de Alfredo Zúñiga, un concejal del Ayuntamiento de la ciudad que conseguirá que se pongan en marcha todos los mecanismos necesarios para encontrar a su hija. Por ello, un grupo de la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones se presenta en Valladolid para coordinar el caso junto con el grupo de Sancho.
Vivimos por tanto el proceso de un secuestro desde todas las perspectivas posibles, lo que consigue que tengamos una visión más global, más completa, más cercana e incluso más angustiante del suceso. Particularmente duras son las partes desde el punto de vista de Margarita. Sus soliloquios, circunstancias físicas y sobre todo las psíquicas imprimen al relato un poso de amargura difícil de olvidar.
También asistiremos al manual del buen secuestrador gracias a las partes de los secuestradores, que nos dará una visión de las motivaciones y de la manera de proceder de los mismos, que parecen ir siempre un paso por delante de los investigadores, que también sufrirán las consecuencias de un caso como este, el trabajar a contra reloj, la preocupación constante y la presión social.
Por último, y algo que me pareció un auténtico acierto, nos encontraremos con el punto de vista de la familia. César consigue que nos pongamos perfectamente en la piel de unos familiares que de repente verán como sus vidas se truncan. Se enfrentarán a duras pruebas psicológicas que los mantendrán siempre al borde del abismo. No han sido secuestrados, pero para ellos sus vidas tampoco volverán a ser las mismas, sea cual sea el desenlace.
Y por si Sancho no tuviera suficiente con la sombra de Augusto y un caso complicado de secuestro, se suma una linea argumental más. La Congregación de los Hombres Puros, una entidad secreta y perversa en cuyos camino se cruzará nuestro inspector sin comerlo ni beberlo. Sin embargo es precisamente esta línea la que menos trazada esta. Digamos que queda claro el esbozo principal de la misma. El autor dibuja una introducción clara del hilo, pero será en los próximos libros donde, espero, profundice en el mismo y lo desarrolle. Tiene pinta de que va a ser muy interesante e intuyo que muy doloroso.
En cuanto al estilo, vuelve a traernos un ritmo trepidante y muy visual. Las novelas de César no se leen, se ven. Y eso las hace no solo especiales si no, también, muy duras, por que no te deja apartar la mirada. Sarna con gusto es un libro con una trama negra, negrísima. La cierras con una sensación de desasosiego tremendo y te encantaría tener ya la continuación entre las manos.
Y ahora la pregunta ¿es esta mejor novela negra que la anterior trilogía? Será una pregunta más fácil de responder cuando esté cerrada y leída, pero como opinión completamente subjetiva, esta me ha parecido mejor. Es como que el autor ha llegado a otro nivel, los temas que se adivinan me parecen un acierto y ha perfeccionado el estilo, un estilo que ya de por si era muy propio e inconfundible, y eso siempre se agradece.
En conclusión, vuelvo a tener miedo. No se si César es consciente de que con cada libro se supera, y eso me provoca la preocupación del siguiente, porque, da la sensación de que con cada novela que escribe se dobla la apuesta, no es que esté a la altura, es que se supera. ¿Es esto sostenible? ¿Llegará un momento en el que le exigiré lo imposible? No tengo duda de que es todo un reto que espero que César acepte.
Besos