lunes, 30 de enero de 2017

Patricia Brent, solterona | Herbert George Jenkins

Patricia Brent, solterona de Herbert George Jenkins
DÉpoca editorial
290 páginas

MI OPINIÓN

Londres, I Guerra Mundial. Patricia vive en la pensión Galvin regentada por la señora Craske-Morton junto a otros inquilinos como las señoras Mosscrop-Smythe, Wangle, Hamilton, Sikkum y los señores Sefton, Cordal y Bolton. Los días pasan tediosos entre su trabajo como secretaria de un político en alza que parece que nunca va a llegar a nada y su vida en la pensión, donde una mañana escucha cuchichear a varias inquilinas sobre su vida sentimental, o más bien, sobre la falta de la misma, no dudando en calificarla como solterona.

Herida en su orgullo, Patricia trama un plan para darles a sus compañeras de pensión su merecido, lo que no sabe es que la indiscreción de las mismas la va a hacer tener que llevar la broma mucho más lejos de lo que pensaba. Es así como conocerá a Peter un joven coronel que el destino pondrá en el camino de Patricia. De esta manera comienza una comedia romántica de enredos apta para aquellos que decidan pasar un rato de lo más agradable. 

El punto fuerte de Patricia Brent, solterona no es tanto la trama que, quizá por el paso del tiempo, dista de ser novedosa o poco predecible, si no en los personajes. Todos ellos resultan entrañables, sobre todo los secundarios porque la protagonista en alguna ocasión me sacó de mis casillas, pero los secundarios están muy bien trazados, llenos de comicidad sin caer en el esperpento siendo los verdaderos motores de la historia, pues aunque el peso de la misma la ostenta Patricia, no deja de ser una novela coral en la que todos juegan su papel.

De todos me quedo con Gustave el mayordomo de la pensión, un personaje muy entrañable y que me ha regalado muchas de las mejores y más simpáticas escenas, a pesar de sus escasas apariciones. Lo mismo me ocurre con el Señor Triggs, un anciano cordial, cercano, honesto y querido por los personajes y por el propio lector que pese a sus años goza de más vitalidad que muchos de los jóvenes que le rodean.

No puedo terminar mi opinión sin hacer mención  especial a dos cosas. La primera, y como siempre, es la traducción. Es importante una buena traducción para no notar el paso del tiempo más que en lo imprescindible y Dépoca lo ha vuelto a conseguir. Y en segundo lugar, las ilustraciones a todo color de la novela de la mano de Iván Cuervo con las que me ha terminado de enamorar de esta edición.

En definitiva, si buscáis una lectura ligera, agradable y con la que pasar un buen rato para terminarla con una sonrisa, Patricia Brent, solterona es una muy buena candidata. Otro clásico que agradezco que la editorial Dépoca haya rescatado.

Besos

lunes, 2 de enero de 2017

La Guerra de las dos rosas: Trinidad | Conn Iggulden


La Guerra de las dos rosas: trinidad de Conn Iggulden
Editorial Duomo
528 páginas

MI OPINIÓN

Hace unos meses os traje la reseña de la primera entrega de la tetralogía de la Guerra de las dos rosas contada por Conn Iggulden que narra la guerra civil que sumió a Inglaterra en un periodo de lucha a cuartel que duró treinta años. Hoy os traigo, Trinidad, la segunda parte.

En ella nos encontramos con un país tranquilo en la superficie, aunque con cierto malestar en la corte, donde la lucha soterrada sigue siendo el pan de cada día. El Rey se halla sumido en un estado letárgico que le impide gobernar el país, por lo que se ha nombrado a Ricardo de York como Protector del reino. Un Ricardo que, a pesar de que a sus enemigos les cueste admitirlo, está dirigiendo el país con acierto, y si ben no esconde su ambición, espoleada por sus defensores, siempre antepone la lealtad a su país y su rey por encima de todo.

En las sombras y con un mayor protagonismo que en Tormenta, algo que eché en falta, tenemos a Margarita, la reina, que ya no es la niña ingenua y asustada que llegó a Inglaterra sino una mujer fuerte, marcada por las desgraciadas circunstancias que le están tocando vivir y que tratará de luchar por que su hijo sea reconocido como Príncipe de Gales y asegurar así su futuro.

Una de las cosas que más me pesaron en la primer aparte fue el número de batallas y el detalle con el que estaban contadas, no era algo que me llamara la atención en absoluto y lo recuerdo como momentos que me ralentizaban la lectura, a pesar de no ser excesivamente tediosos. Sin embargo en Trinidad siento que esto se ha reducido al máximo, no porque no se narren batallas, sería imposible saltárselas, sino porque están contadas con menos detalle, o esa es la sensación que me ha dado, porque no me he encontrado con el sentimiento de estar entorpeciendo el ritmo de la novela.

No obstante, si algo me ha resultado apasionante en esta segunda parte, son las intrigas palaciegas, esos dimes y diretes, esa lucha en la sombra por ganar aliados y arrebatárselos a los demás, las venganzas y trampas tendidas a los enemigos, los golpes de efecto y el espionaje que otra vez corre a cargo del genial Derry Brewer, personaje que a pesar de ser ficticio, aunque no los ea el cargo que ocupó, ostenta el protagonismo de algunos de los mejores pasajes de la novela.

El punto de vista del pueblo llano queda más diluido en Trinidad, donde sólo se nos dan breves pinceladas del malestar del mismo en ciertas ocasiones, mientras las altas esferas están más ocupadas en mover sus fichas para no perder su poder que en gobernar y organizar el país.

Si me tengo que quedar con un personaje es, sin duda, Ricardo de York, pues me ha sorprendido totalmente. Al final de Tormenta tenía una imagen de él que al finalizar Trinidad se ha revelado como completamente equivocada. Un hombre que supo gobernar con acierto anteponiendo el bien de Inglaterra a sus propios intereses, y que siempre actuó, podamos estar de acuerdo con sus actitudes o no, según lo que él opinaba era lo mejor para su país. Me quedo con ganas de conocer más a su mujer que tiene un par de momentos en la novela que me hacen pensar que debió ser muy fuerte e interesante.

No hay  mejor signo de que te ha gustado una novela que las ganas de seguir con la continuación, así que Trinidad me ha gustado mucho. Las cosas se han quedado en un punto muy interesante y creo, que ahora, comenzará un nuevo tiempo liderado por las nuevas generaciones, buscando venganza y restitución. La lucha esta servida.

Besos



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