Historia de un canalla de Julia Navarro
Editorial Plaza y Janés
864 páginas
MI OPINIÓN
Valoro cuando un escritor decide romper moldes y experimentar en un género completamente distinto al que nos tiene acostumbrados. Pero es una decisión que también entraña sus riesgos. Puede salir muy bien o mal. Lamentablemente, en este caso, no he disfrutado con la nueva apuesta de Julia Navarro.
Thomas es un hombre que en el ocaso de su vida nos propone echar la vista atrás y reconstruir todas esas acciones que le han llevado donde está, reconociendo que es un canalla sin paliativos, y que ha hecho mucho daño a lo largo de su vida a un montón de personas.
Empieza así a contar su vida desde su más tierna infancia en el seno de una familia rica de Nueva York siguiendo todos los pasos que le han conducido al momento actual.
En todas las etapas de su vida demuestra ser bastante mala persona, tomando decisiones por su propio bien y jugando con la vida de los demás, a los que no tiene en ningún momento en consideración.
Es imposible apreciar a Thomas, un tipo que actúa sin una explicación más allá de su maldad natural, ni escrúpulo alguno. Esta convencido de que sus fines justifican cualquier medio.
Sin embargo no necesito que un protagonista me caiga bien para disfrutar de una novela, mis problemas con la historia han venido por otro lado.
En primer lugar creo que se alarga en exceso. Hay cuestiones que se prolongan durante páginas, dándome la sensación de que es innecesario, que con menos extensión podría estar todo explicado a la perfección.
No sólo se extiende en número de páginas si no que también lo hace con las historias. En mi opinión existen demasiadas "batallitas", hasta el punto que más que conseguir una tensión dramática, llega un punto en que empieza a resultar cómico e irreal los derroteros que toma la narración.
Por último también me han parecido innecesarias las partes en cursiva. Esos "lo que pudo haber sido y no fue". Son partes en las que Thomas aprovecha para pensar en la reacción que debería haber tenido frente a un acontecimiento que podría haber hecho que las cosas fueran de distinta manera y no haber causado tanto dolor. No las he entendido y no me han parecido verosímiles porque en ningún momento Thomas tiene cargo de conciencia, el nunca piensa que hubiera sido mejor actuar de esa manera, de hecho, siempre termina diciendo que no se arrepiente de no haberlo hecho así porque es un canalla. ¿Entonces, cuál es el fin de esas partes? A mi modo de ver alargan y ralentizan demasiado la narración y son completamente prescindibles pues no nos llevan a ningún lado.
En cuanto a la prosa es ligera, esta bien escrito y se lee rápido, existiendo abundancia en diálogos bien construidos.
En definitiva, una historia que personalmente no he disfrutado, se me ha hecho larga y en algunos momentos inverosímil. Como siempre os invito a leer otras reseñas para que os hagáis una idea más formada, ya que esto no deja de ser una opinión muy personal.
Besos