lunes, 25 de noviembre de 2019

La brújula dorada | Philip Pullman


La brújula dorada de Philip Pullman
Roca editorial
393 páginas

MI OPINIÓN

Teresa y yo nos hemos montado un mes de literatura fantástica. La primera de nuestras elecciones ha sido La brújula dorada, la primera parte de la trilogía Materiales Oscuros. Esperaba encontrarme un cuentito infantil y me ha sorprendido muchísimo. De hecho, he pasado gran parte de la lectura pensando qué entendería un niño de todo lo que se trata.

Lyra es una niña pizpireta, mentirosa, leal, lista llena de curiosidad y súper movida que tras el fallecimiento de sus padres, es criada en el Jordan, uno de los Colleges más importantes de Oxford. Es un colegio de hombres, pero la han acogido con toda la ternura del mundo y con su talante risueño ha conseguido despertar en ellos verdadero amor. Sus días transcurren entre lecciones apresuradas que tratan de darle los licenciados, juegos, escaladas a los tejados y conversaciones con Pantalaimon su daimonion. 

Todo cambia cuando a Oxford llegan los zampones, unos hombres que secuestran a niños, haciéndolos desaparecer sin que se sepa muy bien si después se los comen o si los tienen retenidos en algún lugar. Lyra empezará a preocuparse por este peligro cuando desaparezca Roger, su compañero de juegos. Aunque quizá su vida había cambiado ya el día que, escondida en el mueble del Salón Reservado, conoció la existencia del Polvo a pesar de que no entendiese muy bien qué era y para qué servía. O a lo mejor todo empieza cuando la Señora Courier decide acogerla, una señora que huele tan bien y que es tan cortés y cariñosa, que Lyra no duda en aceptar la propuesta que le hace el director del Jordan de irse a vivir con ella.

El caso es que todos esos acontecimientos juntos llevarán a Lyra a vivir una aventura inimaginable, a convivir con los gyptanos, o a hacerse amiga de un oso acorazado, entender más de las brujas y sus clanes y sobre todo, descubrir qué se está tramando con el Polvo y qué tiene que ver todo eso con la desaparición de tantos niños a lo largo de todo el país.

Como he dicho, esperaba encontrarme un cuento infantil, algo sencillo de leer y sin demasiada profundidad. Lo cierto es que nos encontramos más ante una novela de corte juvenil, con un mundo interesante, que a pesar de ser una primera parte, ahonda bastante en los temas centrales de la trilogía, proporcionando la información necesaria para enganchar al lector y que éste quiera continuar adentrándose poco a poco en un universo bastante particular. Creo que un niño leerá una primera capa de la novela en la que se quedará tan solo con la aventura, pero perderá muchos matices en los que el autor no se anda con contemplaciones y toma decisiones arriesgadas y duras. Me quedo con muchas ganas de continuar con la segunda parte que espero no tardar en hacerme con ella.

Besos

lunes, 18 de noviembre de 2019

Unas vacaciones en invierno | Bernard MacLaverty


Unas vacaciones en invierno de Bernard Maclaverty
Libros del Asteroide
320 páginas

MI OPINIÓN

De las novedades para la rentrée de la editorial Libros del Asteroide una de las que más me llamaron la atención fue Unas vacaciones de invierno de Bernard MacLaverty. Es la novela de Stella y Gerry, un matrimonio que ha llegado a esa época en la que después de haber superado todos los obstáculos que la vida les ha ido poniendo en el camino, después de haber tenido que escapar a Escocia desde la Irlanda de los peores años del IRA, dejando atrás un acontecimiento trágico y tras criar juntos a su único hijo y que este abandonase el hogar para mudarse junto a su mujer y su hijo a Canadá, llegan los achaques, esos problemas que vienen con la edad y que nuestros protagonistas han decidido comprimir en una hora diaria de quejas.

Después de todo este cansancio vital, ambos deciden que necesitan unas vacaciones, por eso viajan a la fría Amsterdam. Pronto nos damos cuenta que la idea de Stella no es la de unas típicas vacaciones  con tu marido cuando se han acabado las responsabilidades, sino que tiene otras prioridades. Mientras  leemos asistimos al invierno de este matrimonio, no sólo por su etapa vital, si no también por el frío que se ha instalado entre ambos desde que Gerry se ha dado a la bebida sin control.

La novela nos lleva de la perspectiva de uno a la del otro sin solución de continuidad, y así asistimos al intento de huida de Stella, de cómo se plantea que los años que le queden quiere ser feliz sin estar supeditada a un marido que le consume la energía y que tan ajeno le resulta en cuestiones de fe. Y es que mientras Stella es católica practicante y ha aprendido a agarrarse a su fe para superar el pasado, Gerry es una mente analítica, racional y ante la falta de asidero, ha hecho del alcohol su refugio. 

MacLaverty nos permite conocer tan a fondo a ambos protagonistas que nos dejará asistir a ese momento en el que todo se empezó a torcer, aquél punto de inflexión que se convirtió en la excusa de ambos para resguardarse en sus propias obsesiones.

Unas vacaciones en invierno es una novela que se toma su tiempo, que va subrepticiamente al fondo de la cuestión y que nos muestra lo que es el crepúsculo de un matrimonio de una manera descarnada, utilizando las preguntas y reproches que se lanzan entre ambos protagonistas como si el autor se las arrojase al propio lector, permitiéndonos asistir a la cotidianidad, rituales de rutina y pensamientos contrapuestos de ambos protagonistas. A los lectores a los que os gusten las historias hondas, este libro hará vuestras delicias.

Besos


lunes, 11 de noviembre de 2019

Las hijas de la tierra | Alaitz Leceaga


Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga
Ediciones B
568 páginas

MI OPINIÓN

A Alaitz la conocí con El bosque sabe tu nombre y supe que quería leer lo siguiente que saliera de sus manos, por eso me alegró saber de la publicación de Las Hijas de la tierra, una novela en la que la manera de escribir de la autora me ha gustado mucho más y que me invita a querer leer todo lo que escriba.

Gloria, Teresa y Verónica son tres hermanas que desde hace tiempo viven sumidas en el dolor. Desde que perdieron a su madre, una mujer que según los vecinos estaba poseída, viven a la deriva en su mansión Las Urracas, merced a un padre ausente y cobarde y Rafael, el hermano mayor que las trata con crueldad. Todos en San Dionisio se santiguan cuando pasan por delante de Las Urracas y cuchichean cuando hablan de las tres hermanas pues la creencia popular es que están endemoniadas igual que lo estuvo su madre, y las mujeres de su familia que levantaron Las Urracas. Gloria a menudo piensa que el único pecado que han cometido es tener el pelo color del fuego y ser zurdas, aunque a veces los murmullos y sonidos que oye en la decrépita casona le hacen dudar sobre si de verdad están embrujadas.

Cuando todo se viene abajo las hermanas deberán coger las riendas de sus vidas y luchar frente a todos para conseguir su libertad. En un mundo en el que las mujeres que osaban desobedecer o emprender caminos que les estaban vedados, eran tachadas de locas o brujas, las tres tratarán de resucitar esa tierra de vino que se niega a dar frutos.

En la novela se conjuga la narración con cierto realismo mágico que me ha gustado mucho más que en su anterior novela, empastando muy bien con el resto de la historia y consiguiendo que el relato se lea con la cadencia en que se lee un cuento. En mi opinión Alaitz ha perfeccionado la técnica que ya utilizó en su novela anterior y ha logrado explotarla al máximo sin perder la naturalidad de la historia y la musicalidad en su lenguaje.

Las hijas de la tierra es la historia de unas mujeres fuertes, que salieron adelante contra viento y marea y que decidieron vivir a su manera sin importar las consecuencias y los que otros dirían. No estaban libres del miedo y del vértigo que esto suponía, pero le daban la mano al mismo mientras avanzaban, descubriendo que a veces, la determinación de una persona es imparable. Una historia sobre el dolor, sobre cómo éste se enquista en las personas y cómo, a pesar del miedo que produce tratar de ser diferente e ir a contracorriente, se puede avanzar y aprender de ese miedo para convertirlo en una versión mejor de nosotros mismos.

Besos

lunes, 4 de noviembre de 2019

Ritos Iguales | Terry Pratchett


Ritos iguales de Terry Pratchett
Debolsillo
272 páginas

MI OPINIÓN

Hace tiempo, tanto que me da vergüenza pensarlo, regalé a Teresa Ritos iguales con la intención de embarcarla en la aventura de adentrarnos en el Mundodisco, y digo aventura por la gran cantidad de libros y sagas de las que se compone. Este septiembre, cuando me tocaba elegir lectura conjunta mensual, lo vi en la estantería y decidí que lo habíamos alargado demasiado, que era hora de conocer este mundo tan particular, con forma de disco, aguantado por cuatro elefantes que van sobre una gran tortuga.

En esta entrega, la que da inicio a la Saga de las brujas, conocemos a Eskarina, la octava hija de un octavo hijo, si hubiera nacido hombre habría sido mago, pero al nacer mujer, eso le está vetado, nunca una mujer ha podido acudir a la Universidad Invisible. Sin embargo, Eskarina es objeto de una increíble confusión, y en el momento de nacer, pensando que ha sido varón, un mago le trasladará su  cayado de poder. A partir de ahí, la bruja del pueblo Yaya Ceravieja la tomará como pupila y tratará de hacer de ella una bruja, pero el destino es tozudo y el cayado no va a dejar que las cosas queden así... Y Esk, tampoco.

Ritos iguales es una obra divertidísima, llena de ingenio que trata con mucho humor la cuestión de los roles de género, es una fantasía que no se toma nada en serio así misma, y que consigue resultar super original cogiendo lo tradicional del género y dándole una nueva vuelta que termina siendo como un soplo de aire fresco. Terry es un escritor inteligente, con un sentido fino del humor que logra hacer reír al lector con lo cotidiano,  descolocandolo en todo momento.

Volvamos al inicio. La vergüenza de haber tardado tanto en leerlo. Me sigo preguntando porqué nos costó tanto dar el pistoletazo de salida,  pero como le dije a Teresa, lo bueno es que nos quedan todos por leer, así que preveo muchas horas de diversión. El Mundodisco se ha convertido en uno de esos lugares a los que voy a necesitar volver para sentirme bien. Ya estoy deseando volver a hacerlo.

Besos

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